miércoles, 25 de julio de 2012

El Sacerdocio de la Ciencia V - Doble Rasero Científico

En un artículo anterior de esta serie, exponía los conceptos de Martín Bonfil sobre mis críticas. Especialmente citaba sus palabras:

"Estimados lectores: Grrr es un personaje afectado de sus facultades mentales. Favor de no hacerle caso. Tampoco sé por que esta obsesionado con refutar todo lo que yo o Enrique Gánem decimos (pero gracias por ponerme en la misma lista que él). Si encuentro una forma de bloquearlo de aqui, lo haré. Mientras tanto, recuerden: don't feed The Troll!!"

También se podrían agregar otras expresiones suyas como:

"...tramposamente aprovecha MIS espacios y MIS lectores para tratar de difundir SUS ideas, que son justamente el tipo de ideas que yo me esfuerzo en combatir: charlatanerías seudocientificas. No le voy a hacer el juego, ni me prestare a que use mis foros para darse una importancia que no tiene y pretender que es un interlocutor valido. No lo es: es un promotor del pensamiento anticientífico. Que lo haga en sus propios espacios: no en los míos. Saludos a todos"

Esta forma de ver la ciencia y el debate, contradictoria o no a los verdaderos principios científicos, podría ser considerada como su filosofía personal y con ello dar fin a la historia.

Sin embargo, el 20 de junio de 2012, Bonfil publica un artículo donde dice:

"Pero hay también personas que, sin ser investigadores científicos, cultivan el pensamiento crítico de manera regular, y dedican una parte importante de su tiempo a revisar las afirmaciones seudocientíficas que frecuentemente circulan en los medios, a recabar datos para contrastarlas, a criticar sus incongruencias y, en caso de hallar que no se sostienen, a denunciarlas y combatirlas. Se etiquetan a sí mismos como “escépticos”, y florecen en la blogósfera y las redes sociales (y, desde antes, a través de listas de correo, revistas y publicaciones diversas). 

Estos “divulgadores escépticos" cumplen un papel complementario al de los investigadores, divulgadores y periodistas científicos. Los datos que recopilan son muchas veces más precisos y abundantes que los que pueden conseguir estos especialistas, y como los escépticos los comparten generosamente, resultan de gran utilidad en el combate tanto a seudociencias aparentemente inocuas ­–astrología, curaciones milagrosas, creencia en ovnis, (que sin embargo minan nuestra capacidad de pensamiento crítico, al promover la credulidad)– como a otras realmente peligrosas"

Es evidente que existe una contradicción entre los hechos y el discurso: por un lado yo soy un loco obsesionado por refutar a Bonfil y a Ganem, pero por otro lado los escépticos dedican una parte importante de su tiempo a denunciar las falsedades y son valiosos.

Esta contradicción se explica fácilmente por el doble rasero en el que los seudo-escépticos como Bonfil basan su ideología ( y se describe en este artículo ).

Para ellos, es perfectamente justificable que el empeño y la dedicación sean cualidades cuando se usan para difundir lo que ellos creen, mientras que el mismo comportamiento y métodos sean locura cuando se intentan demostrar cosas que ellos condenan ( o que los pone en evidencia, como es el caso de Bonfil y su calumnia al investigador francés Jacques Benveniste ).

Si esto fuera alguna religión, ello se podría entender en la base del subjetivismo y el fanatismo. Pero se supone que es ciencia, y que es posible definir con bastante claridad en dónde está la verdad entre lo que Ganem, Bonfil y los seudo-escépticos creen, y lo que yo o cualquier otro de sus críticos señala ( por ejemplo que Benveniste ni era charlatán ni sigue empeñado después de muerto o que el aspartame es terriblemente peligroso ).

Cualquier lector de este foro puede constatar que las referencias dadas como soporte a las posiciones publicadas son suficientes para demostrar que hay sustancia tras las afirmaciones que hago, con lo cual se cumple perfectamente la descripción que hace Bonfil en su pontifical texto. Texto que él mismo niega en los hechos con descalificaciones como las citadas.


Conclusión

El artículo referenciado de Bonfil demuestra dos cosas:

1-Su práctica del doble rasero, impedimento fundamental y definitivo a cualquier pretensión de enfoque científico.

2-Que mis esfuerzos son válidos, en el espíritu de búsqueda de la verdad como valor superior a "las afirmaciones seudocientíficas que frecuentemente circulan en los medios" ( por ejemplo las de Bonfil mismo ).


Enlaces

Antecedente: Los Herejes III
Continuación: El Cardenal Sinvergüenza
Relacionado: Martín Bonfil

 

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